Comportamientos Extraños
Jun. 27th, 2006 01:59 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Por fortuna, Bebelle no estaba tan lejos y pudimos llegar relativamente pronto (un día y medio tampoco es cualquier cosa ñ.ñU).
Apenas pusimos un pie dentro de la ciudad, Aephral fue abordado por una serie de "admiradores". Había pasado ya un poco de tiempo desde que la gente se acercara a saludarlo de esa forma (creo que desde que salimos de Luca), y aunque Bebelle es una ciudad grande, no es tan impresionante como la "Capital del Blitzball". Aquí el ambiente es mucho más sobrio que en la mayoría de las ciudades grandes y medianas por las que hemos pasado, supongo que todo debido a que no encontramos en el "centro religioso" de todo el mundo. Lo que si es cierto es que, por esa misma razón, a los Invocadores se les trata con "oro y plata" por decirlo de alguna forma, y en lugar de quedarnos en un hotel promedio como en el resto de los lugares por donde hemos pasado, fuimos escoltados a un hotel de primera clase.
Llegar ahi fue impresionante puesto que tuvimos que ir hasta el último piso (por fortuna para Aephral, hay acensores que funcionan con "Choco-Power" XD), y cual fue la sorpresa al descubrir que TODA la planta era exclsivamente para nuestro uso. Así que no fue raro encontrar todo tipo de lujos que, seguramente, ninguno de nosotros (salvo tal vez Aephral) había disfrutado en toda su vida. Había Alberca, sala gigante y cada quien tanía su propio cuarto y su propia cama (por una vez durante todo el viaje, me podía ahorrar las balbuceantes historias que Rhafim narra dormido), y bueno, toda una serie de lujos y voluptuosidad extra.
Sin embargo, apenas nos estabamos poniendo cómodos cuando alguien llamó a la puerta. Al abrir ahí había un tipo que estaba apunto de desfallecer de lo agitado que estaba (era como si hubiera venido corriendo desde Macalania sin parar y luego subido por las escaleras). Preguntó por Aephral y cuando mi tío estuvo ahí, el tipo dijo que tenía un mensaje del "Gran Maestre Sumo Sacerdote de Yevon" (olvidé el nombre XD) y que era necesaria la precencia de Aephral inmediatamente, pero que debía ir solo.
No nos opusimos a sus deseos, pero todos estuvimos de a cuerdo en que si dejabamos ir solo a Aephral por toda la ciudad, lo más probable era que no llegara en buen estado (o incluso entero) a su reunión importante. Así que, luego de que Aephral salió del cuarto todos acordamos seguirlo en silencio al menos hasta la entrada del lugar al que debía ir, y luego esperarlo afuera para traerlo de regreso.
Bebelle es un lugar muy grande y, por alguna razón, ha pasado ya un tiempo desde que nada nuevo ha venido a mi mente. La verdad no sé si alegrarme o angustiarme por eso, pero ni importa; me gusta disfrutar de la repentina tranquilidad que tengo, principalmente porque sé que no durará por siempre.
Pero bueno, resulta que tuvimos razón y Aephral casi se mata en las escaleras del lugar donde tenía su reunión. Sanyed apenas lo alcanzó a agarrar la primera vez y yo la segunda. Nos preguntó qué estabamos haciendo ahí y le dijimos que lo estabamos cuidando, como siempre. Él repuso que Bebelle era un ligar muy seguro pero entonces Rhafim hizo el favor de responderle que era nuestro trabajo cuidarlo de todo, incluido a él mismo. Aephral sonrió y nos dejó escoltarlo hasta la puerta donde otra persona lo recibió y lo llevó dentro.
Sanyed decidió ir por la ciudad y buscar noticias de su padre. En el momento en que ella desapareció, Beilia también lo hizo. Le pregunté a Rhafim si no planeaba ir por ahí y hacer "lo que él sabía" igual que siempre, a lo que me respondió que prefería quedarse a esperar a Ae-pan, y que además no era necesario porque lo había hecho cuando veníamos hacia aquí. Luego me mostro toda una cantidad de insignias que suelen llevar los integrantes de la guardia de Bebelle. Sólo espero que ese robo no nos cause problemas.
Pues bien, Rhafim y yo nos quedamos a esperar a Aephral que, luego de un rato salió. Estaba muy callado y muy serio y no dijo ni una palabra de lo que sucedió ahí dentro. Yo no quise preguntar puesto que no lo consideré de mi incombencia, y aunque Rhafim si lo hizo, Aephral sólo neg´´o con la cabeza y cambió el tema.
Regresamos al hotel y pronto regresaron también Sanyed y Beilia. Todos se entretuvieron con algo el resto del día y luego cenamos. Quizá era la cena más sustanciosa que habíamos tenido en algun tiempo, pero el ambiente, al menos para mi, no resultaba agradable.
Beilia ni siquiera me miraba, Sanyed lucía triste (supongo que no encontró noticias de su padre de nuevo). Rhafim estaba, como siempre, en su propio mundo ocupandose de Chap y Curry (su rata-algo y su chocobo bebé). Aephral por su parte estaba muy callado y pensativo no comió mucho. Yo no me atrevía a iniciar ninguna conversación porque todos simplemente parecían no estar de humor para nada, y probablemente la prueba esté en que todos se fueron a dormir temprano, estuve platicando un rato con Rhafim en su recámara y descubrí que escuchó mi platica con Aeprhal, así que ahora él sabe que es mi tío, pero cuando le pregunté que más sabía, no me quiso responder. Por un lado me alegró mucho que lo supiera, así podría hablar con él de algunas cosas. Probablemente Rhafim es un niño aún pero se da cuenta de muchas cosas y pienso que puedo hablar con él cuando lo necesite.
Al cabo de un rato Rhafim cayó dormido (con todo y mascotas) y yo me retiré a mi cuarto. Pensaba ponerme a escribir cuando, nuevamente, escuché ruido en la estancia. Me asomé y no había nadie pero cuando salí a la gran sala, vi a Aephral, perfectamente arreglado, dispuesto a salir de ahí. Como yo todavía estaba vertido me apresuré a seguirlo.
Lo ví tomar el ascensor y yo corrí escaleras abajo. Lo alcancé sin mayores problemas y lo segui de lejos para que no se diera cuenta de mi presencia. Quería saber a donde iba y no podía evitar preguntarme si ese comportamiento extraño tenía algo que ver con su reunión de la tarde, aunque sé que probablemente así es.
Me sorprendí mucho al ver que venía hacia el templo porque, normalmente, hubiera esperado a que fuera de día o nos hubiera pedido nuestra compañía, o por lo menos la de uno de nosotros. Era la primera vez que Aephral se metía sólo en un templo y decidí seguirlo hasta donde pude, aunque no fue muy lejos. Sé que suele tardarse mucho en estas cosas pero pensé que sería irresponsable de mi parte regresar al hotel para avisar a los otros y dejarlo solo, aunque sólo fuera un momento; asíq ue me senté en las escaleras y decidí aguardar, no importando que tanto se tarde.
Por fortuna he descubierto mi cuaderno en el bolsillo interno de mi chamarra (es donde siempre lo tengo) y me he puesto a escribir lo que me ha sucedido hasta este momento.
Ahora son más o menos las cinco y media de la mañana. Aephral ya lleva dentro del templo poco más de seís horas. Se que su promedio es de entre cinco o seís horas y comienza a preocuparme un poco que no haya salido aún. Siempre sale de las camaras muy cansado y me pregunto si no le habrá hecho daño el haber dormido tan poco, si es que durmió algo.
Se que no puedo ir más lejos de donde estoy pero tengo la extraña necesidad de correr a buscarlo. No sé por qué. Me da mucho miedo que el cansancio lo afecte y que le pase algo. La verdad no sé que podría pasarle en un lugar así pero no puedo evitarlo, simplemente no quiero que le pase nada.
Realmente me desconcierta mucho el hecho de que nos haya dejado a un lado esta vez, no me explicó por qué razón podría ser pero sé que él sabe porqué hace las cosas. Lo único que puedo hacer en este momento es confiar en él.
No voy a moverme de aquí hasta que lo vea sano y salvo, aunque me muera de sueño y de hambre, aunque se abra la tierra y me trague; no me moveré de aquí.
Ojalá salga pronto, tengo un mal presentimiento.
Apenas pusimos un pie dentro de la ciudad, Aephral fue abordado por una serie de "admiradores". Había pasado ya un poco de tiempo desde que la gente se acercara a saludarlo de esa forma (creo que desde que salimos de Luca), y aunque Bebelle es una ciudad grande, no es tan impresionante como la "Capital del Blitzball". Aquí el ambiente es mucho más sobrio que en la mayoría de las ciudades grandes y medianas por las que hemos pasado, supongo que todo debido a que no encontramos en el "centro religioso" de todo el mundo. Lo que si es cierto es que, por esa misma razón, a los Invocadores se les trata con "oro y plata" por decirlo de alguna forma, y en lugar de quedarnos en un hotel promedio como en el resto de los lugares por donde hemos pasado, fuimos escoltados a un hotel de primera clase.
Llegar ahi fue impresionante puesto que tuvimos que ir hasta el último piso (por fortuna para Aephral, hay acensores que funcionan con "Choco-Power" XD), y cual fue la sorpresa al descubrir que TODA la planta era exclsivamente para nuestro uso. Así que no fue raro encontrar todo tipo de lujos que, seguramente, ninguno de nosotros (salvo tal vez Aephral) había disfrutado en toda su vida. Había Alberca, sala gigante y cada quien tanía su propio cuarto y su propia cama (por una vez durante todo el viaje, me podía ahorrar las balbuceantes historias que Rhafim narra dormido), y bueno, toda una serie de lujos y voluptuosidad extra.
Sin embargo, apenas nos estabamos poniendo cómodos cuando alguien llamó a la puerta. Al abrir ahí había un tipo que estaba apunto de desfallecer de lo agitado que estaba (era como si hubiera venido corriendo desde Macalania sin parar y luego subido por las escaleras). Preguntó por Aephral y cuando mi tío estuvo ahí, el tipo dijo que tenía un mensaje del "Gran Maestre Sumo Sacerdote de Yevon" (olvidé el nombre XD) y que era necesaria la precencia de Aephral inmediatamente, pero que debía ir solo.
No nos opusimos a sus deseos, pero todos estuvimos de a cuerdo en que si dejabamos ir solo a Aephral por toda la ciudad, lo más probable era que no llegara en buen estado (o incluso entero) a su reunión importante. Así que, luego de que Aephral salió del cuarto todos acordamos seguirlo en silencio al menos hasta la entrada del lugar al que debía ir, y luego esperarlo afuera para traerlo de regreso.
Bebelle es un lugar muy grande y, por alguna razón, ha pasado ya un tiempo desde que nada nuevo ha venido a mi mente. La verdad no sé si alegrarme o angustiarme por eso, pero ni importa; me gusta disfrutar de la repentina tranquilidad que tengo, principalmente porque sé que no durará por siempre.
Pero bueno, resulta que tuvimos razón y Aephral casi se mata en las escaleras del lugar donde tenía su reunión. Sanyed apenas lo alcanzó a agarrar la primera vez y yo la segunda. Nos preguntó qué estabamos haciendo ahí y le dijimos que lo estabamos cuidando, como siempre. Él repuso que Bebelle era un ligar muy seguro pero entonces Rhafim hizo el favor de responderle que era nuestro trabajo cuidarlo de todo, incluido a él mismo. Aephral sonrió y nos dejó escoltarlo hasta la puerta donde otra persona lo recibió y lo llevó dentro.
Sanyed decidió ir por la ciudad y buscar noticias de su padre. En el momento en que ella desapareció, Beilia también lo hizo. Le pregunté a Rhafim si no planeaba ir por ahí y hacer "lo que él sabía" igual que siempre, a lo que me respondió que prefería quedarse a esperar a Ae-pan, y que además no era necesario porque lo había hecho cuando veníamos hacia aquí. Luego me mostro toda una cantidad de insignias que suelen llevar los integrantes de la guardia de Bebelle. Sólo espero que ese robo no nos cause problemas.
Pues bien, Rhafim y yo nos quedamos a esperar a Aephral que, luego de un rato salió. Estaba muy callado y muy serio y no dijo ni una palabra de lo que sucedió ahí dentro. Yo no quise preguntar puesto que no lo consideré de mi incombencia, y aunque Rhafim si lo hizo, Aephral sólo neg´´o con la cabeza y cambió el tema.
Regresamos al hotel y pronto regresaron también Sanyed y Beilia. Todos se entretuvieron con algo el resto del día y luego cenamos. Quizá era la cena más sustanciosa que habíamos tenido en algun tiempo, pero el ambiente, al menos para mi, no resultaba agradable.
Beilia ni siquiera me miraba, Sanyed lucía triste (supongo que no encontró noticias de su padre de nuevo). Rhafim estaba, como siempre, en su propio mundo ocupandose de Chap y Curry (su rata-algo y su chocobo bebé). Aephral por su parte estaba muy callado y pensativo no comió mucho. Yo no me atrevía a iniciar ninguna conversación porque todos simplemente parecían no estar de humor para nada, y probablemente la prueba esté en que todos se fueron a dormir temprano, estuve platicando un rato con Rhafim en su recámara y descubrí que escuchó mi platica con Aeprhal, así que ahora él sabe que es mi tío, pero cuando le pregunté que más sabía, no me quiso responder. Por un lado me alegró mucho que lo supiera, así podría hablar con él de algunas cosas. Probablemente Rhafim es un niño aún pero se da cuenta de muchas cosas y pienso que puedo hablar con él cuando lo necesite.
Al cabo de un rato Rhafim cayó dormido (con todo y mascotas) y yo me retiré a mi cuarto. Pensaba ponerme a escribir cuando, nuevamente, escuché ruido en la estancia. Me asomé y no había nadie pero cuando salí a la gran sala, vi a Aephral, perfectamente arreglado, dispuesto a salir de ahí. Como yo todavía estaba vertido me apresuré a seguirlo.
Lo ví tomar el ascensor y yo corrí escaleras abajo. Lo alcancé sin mayores problemas y lo segui de lejos para que no se diera cuenta de mi presencia. Quería saber a donde iba y no podía evitar preguntarme si ese comportamiento extraño tenía algo que ver con su reunión de la tarde, aunque sé que probablemente así es.
Me sorprendí mucho al ver que venía hacia el templo porque, normalmente, hubiera esperado a que fuera de día o nos hubiera pedido nuestra compañía, o por lo menos la de uno de nosotros. Era la primera vez que Aephral se metía sólo en un templo y decidí seguirlo hasta donde pude, aunque no fue muy lejos. Sé que suele tardarse mucho en estas cosas pero pensé que sería irresponsable de mi parte regresar al hotel para avisar a los otros y dejarlo solo, aunque sólo fuera un momento; asíq ue me senté en las escaleras y decidí aguardar, no importando que tanto se tarde.
Por fortuna he descubierto mi cuaderno en el bolsillo interno de mi chamarra (es donde siempre lo tengo) y me he puesto a escribir lo que me ha sucedido hasta este momento.
Ahora son más o menos las cinco y media de la mañana. Aephral ya lleva dentro del templo poco más de seís horas. Se que su promedio es de entre cinco o seís horas y comienza a preocuparme un poco que no haya salido aún. Siempre sale de las camaras muy cansado y me pregunto si no le habrá hecho daño el haber dormido tan poco, si es que durmió algo.
Se que no puedo ir más lejos de donde estoy pero tengo la extraña necesidad de correr a buscarlo. No sé por qué. Me da mucho miedo que el cansancio lo afecte y que le pase algo. La verdad no sé que podría pasarle en un lugar así pero no puedo evitarlo, simplemente no quiero que le pase nada.
Realmente me desconcierta mucho el hecho de que nos haya dejado a un lado esta vez, no me explicó por qué razón podría ser pero sé que él sabe porqué hace las cosas. Lo único que puedo hacer en este momento es confiar en él.
No voy a moverme de aquí hasta que lo vea sano y salvo, aunque me muera de sueño y de hambre, aunque se abra la tierra y me trague; no me moveré de aquí.
Ojalá salga pronto, tengo un mal presentimiento.