Las cosas con calma
Jun. 24th, 2006 10:36 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Ha pasado ya un día desde mi "gran descubrimiento", y aunque aún me cuesta un poco de trabajo asimilarlo, ahora me siento un poco más tranquilo. La última vez que escribí estaba demasiado alterado y, quizá, no podía ver demasiado bien las cosas por toda la agitación del momento, pero ahora me siento un poquito mejor.
Pudimos llegar al templo del hielo luego de algunos "intentos" de Aephral de suicidarse (casi se cae por el borde del puente tres veces), y también luego de una peligrosa guerra de bolas de nieve que casi mata (también) a nuestro invocador, aunque eso hubiera sido por culpa de Beilia, pero en fin.
Me cuesta trabajo referirme a Aephral como "tio" porque, bueno, en mi actual estado es como si alguien a quien siempre he conocido se volviera mi tio de pronto, es difícil dejar de llamarle por su nombre. Sé que es justo alrevéz y que es apenas desde hace poco tiempo que le digo "Aephral", pero... bueno, creo que me explico.
En el templo sólo fue necesaria la ayuda de Sanyed para recoger el Aeon así que Rhafim, Beilia y yo esperamos afuera. Yo platicaba con Rhafim y ella se desapareció en un instánte, luego me di cuenta que era porque Falker nos había alcanzado. Desde el bosque Beilia trataba de no "interactuar" demasiado con su hermano por obvias razones, así que no me sorprendió que se esfumara.
Falker nos saludó seriamente, de la misma forma un tanto despectiva como siempre lo ha hecho y luego preguntó por Aephral. Le dije que estaba dentro, enseguida Falker se fue a rezar frente a una de las estatuas del templo, frente a la de Saia, es decir, frente a la estatua de mi madre. (Será difícil volver a acostumbrarme a esto)
Después de lo que sucedió en el bosque me he dado cuenta de que, muy probablemente, Falker y Aephral se conocían de antes, y quizás muy bien. Pensé en que tal vez si hablaba con Falker obtendría las respuestas aunque definitivamente no iba a ser una cosa fácil ni agradable puesto que, hasta ahora, yo me he portado como un malcriado con él (no pude evitarlo, se me hace una persona muy prepotente). No obstante, a partir de ahora voy a tener que buscar y encontrar respuestas por mi mismo, aunque tenga que terminar preguntando a personas como Falker.
Bueno, como estaba rezando me costó un poco de trabajo abordarlo pero lo hice. Fue una cosa muy rara porque al principio no sabía ni que decirle así que tuve que ir directo al grano y le dije que había perdido la memoria y que acababa de descubrir que Aephral es mi tío pero que él no quería decirme nada. Luego le pregunté si él sabía algo sobre mi pasado.
Me miró y me preguntó porque pensaba yo que él podía saber algo y entonces le dije que era porque, en el bosque, me dio la impresión de que ellos dos se conocían. Inmediatamente luego de que dije eso, vino a mi mente otro recuerdo.
Me vi a mi mismo a mis catorce años (ahora estoy seguro de ello). Estaba de pie en la puerta de la casita con flores en el patio. Todavía no sé donde era pero Aephral estaba ahí, arreglando las flores. Entonces me llamaba y yo me acercaba a él pero Aephral giraba la cabeza hacia el lado contrario al que yo me encontraba. Tenía esa misma cinta que ahora usa sobre los ojos pero, aparentemente, aún no se acostumbraba del todo a su ceguera. Me pidió que le ayudara con las flores y él se levantaba, tomando un bastón y se metía a la casa luego de tropezar con un escalón. Yo me quedaba ahí, me acuerdo que me sentía enojado tan solo de verlo en ese estado y, en ese momento, llegaba la misma persona de la ocasión anterior, solo que esta vez me di cuenta de que se trataba de Falker. Me decía "Dagonnet, ¿esta tu tío?" yo sólo levantaba la mirad y le respondía duramente. Aparentemente nunca me cayó tan bien.
Cuando miré a Falker de nuevo le dije que acababa de recordar que, de hecho, yo también lo conocía, a él y a su hermana, Beilia. Él sólo asentía y me preguntaba que otra cosa era capaz de recordar y le dije que sólamente algunos fragmentos, voces, una pelea que no me hubiera gustado recordar.
Falker asintió y me dijo que no podía decirme que era lo que había pasado, pero que pod+ia decirme cómo podría haber sucedido. Le dije que me lo dijera, que necesitaba saber, pero él me pregunto si realmente quería que me lo contara o si prefería recordarlo por mi mismo. Le dije que tarde o temprano terminaría haciéndolo pero negó mi respuesta alegando que esa no había sido la pregunta. Entonces respondí que prefería hacerlo por mi mismo pero que en este momento me sentía perdido y necesitaba ayuda.
Dijo que si me lo contaba, entonces todo concepto que tenía ahora de Aephral, cambiaría, y que probablemente volviera a irme de la misma forma en que lo había hecho dos años atrás.
En ese momento me acordé de mi gritándole algo a Aephral y luego salir de la casa muy enojado, en medio de un día lluvioso. Luego vino algo que realmente me pasmó: me acordé que yo también formé parte de los fanáticos vestidos de negro que intentan detener a los invocadores, y recordé a Beilia a mi lado.
Miré a Falker que, aparentemente, por mi mirada se dió cuenta de que recordé lo que pasó ese día, y me dijo que no comprendería a mi tio sino hasta saber lo que había pasado, pero que cuando eso sucediera, probablemente me iría de nuevo. Fue entonces cuando las palabras de Aephral al decir "quiero disfrutarte un poco mas" adquirieron algo de sentido, yo no podía creer que se hubiera tratado de algo como eso.
Al final Falker me dijo que sentía mucha pena por Aephral, porque él pensaba que me había recuperado. Yo no tuve tiempo de responderle nada porque se alejó de mi mientras me decía que cuando mi tío se enterara de esta plática, se enojaría mucho con él.
Cuando Aephral salió de la cámara acompañado de Sanyed, emprendimos el regreso. El tio de Rhafim tiene un hoter también por aquí asi que decidimos pasar la noche aquí.
Ahora todos se encuentran en el interior comiendo algo. Yo he preferido permanecer un momento aquí afuera sentado y a solas para escribir un poco. Hace un rato Sanyed salió tratando de convencerme de entrar, pero me negue y me ha dejado su capa.
He tenido que llorar otro poco más. Desde ayer los recuerdos se agolpan en mi cabeza de forma incontrolable, quizá finalmente ha volado el seguro que los contenía. Sé que a partir de ahora las cosas serán difíciles para mi, pero no importa, trataré de ser fuerte y no dejaré que mis recuerdos, sean como sean, me separen de nuevo de Aephral como ya lo hicieron una vez.
Esta vez no me iré.
Ya es tarde y el frío comienza a apretar. Lo mejor será que entre ya, además, me gustaría hablar con Beilia y disculparme por todo lo mezquino que he sido con ella, y también me gustaría probar si puedo platicar con ella lo que no puedo platicar con Aephral. Honestamente lo veo dificil porque ella parece odiarme, pero quizá si admito que me he comportado como un tonto ella me perdone y me deje acercarme.
Espero que mi cuaderno no se ofenda pero, me gustaría que alguien me contestara de vez en cuando...
Pudimos llegar al templo del hielo luego de algunos "intentos" de Aephral de suicidarse (casi se cae por el borde del puente tres veces), y también luego de una peligrosa guerra de bolas de nieve que casi mata (también) a nuestro invocador, aunque eso hubiera sido por culpa de Beilia, pero en fin.
Me cuesta trabajo referirme a Aephral como "tio" porque, bueno, en mi actual estado es como si alguien a quien siempre he conocido se volviera mi tio de pronto, es difícil dejar de llamarle por su nombre. Sé que es justo alrevéz y que es apenas desde hace poco tiempo que le digo "Aephral", pero... bueno, creo que me explico.
En el templo sólo fue necesaria la ayuda de Sanyed para recoger el Aeon así que Rhafim, Beilia y yo esperamos afuera. Yo platicaba con Rhafim y ella se desapareció en un instánte, luego me di cuenta que era porque Falker nos había alcanzado. Desde el bosque Beilia trataba de no "interactuar" demasiado con su hermano por obvias razones, así que no me sorprendió que se esfumara.
Falker nos saludó seriamente, de la misma forma un tanto despectiva como siempre lo ha hecho y luego preguntó por Aephral. Le dije que estaba dentro, enseguida Falker se fue a rezar frente a una de las estatuas del templo, frente a la de Saia, es decir, frente a la estatua de mi madre. (Será difícil volver a acostumbrarme a esto)
Después de lo que sucedió en el bosque me he dado cuenta de que, muy probablemente, Falker y Aephral se conocían de antes, y quizás muy bien. Pensé en que tal vez si hablaba con Falker obtendría las respuestas aunque definitivamente no iba a ser una cosa fácil ni agradable puesto que, hasta ahora, yo me he portado como un malcriado con él (no pude evitarlo, se me hace una persona muy prepotente). No obstante, a partir de ahora voy a tener que buscar y encontrar respuestas por mi mismo, aunque tenga que terminar preguntando a personas como Falker.
Bueno, como estaba rezando me costó un poco de trabajo abordarlo pero lo hice. Fue una cosa muy rara porque al principio no sabía ni que decirle así que tuve que ir directo al grano y le dije que había perdido la memoria y que acababa de descubrir que Aephral es mi tío pero que él no quería decirme nada. Luego le pregunté si él sabía algo sobre mi pasado.
Me miró y me preguntó porque pensaba yo que él podía saber algo y entonces le dije que era porque, en el bosque, me dio la impresión de que ellos dos se conocían. Inmediatamente luego de que dije eso, vino a mi mente otro recuerdo.
Me vi a mi mismo a mis catorce años (ahora estoy seguro de ello). Estaba de pie en la puerta de la casita con flores en el patio. Todavía no sé donde era pero Aephral estaba ahí, arreglando las flores. Entonces me llamaba y yo me acercaba a él pero Aephral giraba la cabeza hacia el lado contrario al que yo me encontraba. Tenía esa misma cinta que ahora usa sobre los ojos pero, aparentemente, aún no se acostumbraba del todo a su ceguera. Me pidió que le ayudara con las flores y él se levantaba, tomando un bastón y se metía a la casa luego de tropezar con un escalón. Yo me quedaba ahí, me acuerdo que me sentía enojado tan solo de verlo en ese estado y, en ese momento, llegaba la misma persona de la ocasión anterior, solo que esta vez me di cuenta de que se trataba de Falker. Me decía "Dagonnet, ¿esta tu tío?" yo sólo levantaba la mirad y le respondía duramente. Aparentemente nunca me cayó tan bien.
Cuando miré a Falker de nuevo le dije que acababa de recordar que, de hecho, yo también lo conocía, a él y a su hermana, Beilia. Él sólo asentía y me preguntaba que otra cosa era capaz de recordar y le dije que sólamente algunos fragmentos, voces, una pelea que no me hubiera gustado recordar.
Falker asintió y me dijo que no podía decirme que era lo que había pasado, pero que pod+ia decirme cómo podría haber sucedido. Le dije que me lo dijera, que necesitaba saber, pero él me pregunto si realmente quería que me lo contara o si prefería recordarlo por mi mismo. Le dije que tarde o temprano terminaría haciéndolo pero negó mi respuesta alegando que esa no había sido la pregunta. Entonces respondí que prefería hacerlo por mi mismo pero que en este momento me sentía perdido y necesitaba ayuda.
Dijo que si me lo contaba, entonces todo concepto que tenía ahora de Aephral, cambiaría, y que probablemente volviera a irme de la misma forma en que lo había hecho dos años atrás.
En ese momento me acordé de mi gritándole algo a Aephral y luego salir de la casa muy enojado, en medio de un día lluvioso. Luego vino algo que realmente me pasmó: me acordé que yo también formé parte de los fanáticos vestidos de negro que intentan detener a los invocadores, y recordé a Beilia a mi lado.
Miré a Falker que, aparentemente, por mi mirada se dió cuenta de que recordé lo que pasó ese día, y me dijo que no comprendería a mi tio sino hasta saber lo que había pasado, pero que cuando eso sucediera, probablemente me iría de nuevo. Fue entonces cuando las palabras de Aephral al decir "quiero disfrutarte un poco mas" adquirieron algo de sentido, yo no podía creer que se hubiera tratado de algo como eso.
Al final Falker me dijo que sentía mucha pena por Aephral, porque él pensaba que me había recuperado. Yo no tuve tiempo de responderle nada porque se alejó de mi mientras me decía que cuando mi tío se enterara de esta plática, se enojaría mucho con él.
Cuando Aephral salió de la cámara acompañado de Sanyed, emprendimos el regreso. El tio de Rhafim tiene un hoter también por aquí asi que decidimos pasar la noche aquí.
Ahora todos se encuentran en el interior comiendo algo. Yo he preferido permanecer un momento aquí afuera sentado y a solas para escribir un poco. Hace un rato Sanyed salió tratando de convencerme de entrar, pero me negue y me ha dejado su capa.
He tenido que llorar otro poco más. Desde ayer los recuerdos se agolpan en mi cabeza de forma incontrolable, quizá finalmente ha volado el seguro que los contenía. Sé que a partir de ahora las cosas serán difíciles para mi, pero no importa, trataré de ser fuerte y no dejaré que mis recuerdos, sean como sean, me separen de nuevo de Aephral como ya lo hicieron una vez.
Esta vez no me iré.
Ya es tarde y el frío comienza a apretar. Lo mejor será que entre ya, además, me gustaría hablar con Beilia y disculparme por todo lo mezquino que he sido con ella, y también me gustaría probar si puedo platicar con ella lo que no puedo platicar con Aephral. Honestamente lo veo dificil porque ella parece odiarme, pero quizá si admito que me he comportado como un tonto ella me perdone y me deje acercarme.
Espero que mi cuaderno no se ofenda pero, me gustaría que alguien me contestara de vez en cuando...