Jul. 27th, 2006

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Bien, creo que lo mejor es comenzar desde el principio. Han pasado muchas cosas muy rápido y no he tenido tiempo de escribir nada pero, bueno aqui voy...

Cuando mi tío despertó Sanyed dijo que tenía que hablar con nosotros sobre algo referente a lo sucedido en el templo. Nos habló algo de una sombra, la misma que nos decía que atacaramos y que nadie veía. Dijo que esa sombra era la que había estado trayendo Aeons para detenernos, que no quería que siguieramos adelante.

Puesto que era necesario mucho poder para controlar a un Aeon llegamos a la colcusión de que se trataba de un Invocador, o de su espíritu, al menos. Apenas dicho esto, Aephral pareció alterarse mucho y salió de la habitacion. Cuando me pregunté porque se me ocurrió, por alguna razón, que se trataba de mi madre.

No pude quedarme con la duda y salí a la estancia a buscar a Aephral, tenía que preguntarle para bien o para mal. Las cosas, sin embargo, se complicaron. Él parecía no querer responder y yo no paraba de insistir. Al final, y ya a gritos, me dijo que así era, que la sombra que Sanyed veía eera mi madre, Lady Saia. Me costó mucho trabajo creerlo y le pregunté si ya lo sabía y porque no me lo había dicho antes.

Dijo que si, que lo sabía, pero no me respondió lo demás, en cambio dijo que todos nosotros eramos sus guardianes sólo hasta que él quisiera, dijo que ya no nos necesitaba y, así sin más, se fue.

Por un momento me quedé sin habla. No había nada que yo pudiera hacer. Me sentí terriblemente frustrado por el hecho de que él me alejara de esa forma. No era justo, yo sólo necesitaba saber, era todo. Pero Aephral insistía constantemente en mantenerme lejos y, ahora, al haber dicho que ya no nos necesitaba... ya no me necesitaba, me había dado a entender que, realmente no que quería cerca.

Rhafim se enojó y fue rápidamente tras Aephral aún cuando éste hubiera dicho que ya no nos necesitaba, y aunque yo admiré esa voluntad, fui incapaz de moverme y decir "Si, vamos, que más da". Creo que sus palabras me afectaron más de lo que pensé, tanto las de Aephral como las del sujeto de negro.

Por fortuna Sanyed perameció conmigo y hablamos un poco. Me hizo comprender que, en realidad, Aephral trataba de mantenerme fuera de esto por mi propia seguridad, porque no quería que me pasara nada. Cuando lo entendí, todo se me hizo una tontería. La manera tonta en la que él trataba de protegerme y la manera tonta en la que yo insistía. "Que ridículo he sido al pensar que me quería lejos por otra razon" me dije a mi mismo y decidí que, sin importar lo que pasara, lo que él dijera, no lo dejaría, que no lo abandonaría otra vez.

Salimos de Bevelle Sanyed, Beilia y yo, siguiendo el rastro de Aephral. No me había percatado de que fuera tan rápido puesto que, a pesar de que no paramos, no pudimos alcanzarlo sino hasta llegar a los pies de Gagazet. Primero alcanzamos a Rhafim, quien parecía contento de vernos. Nos dijo que seguía a Aephral desde esa distancia prque no le permitía acercarce.

Finalmente todos nos encontramos siguiendo a mi tio desde cierta distancia, no bstante, un resbalón me obligó a correr y atraparlo antes de que rodara montaña abajo. Él sólo se apartó de mi y me preguntó qué era lo que estaba haciendo ahí, que me había liberado de mi juramento. Yo sólo pude responderle que deseaba quedarme con él hasta el final, que no lo hacía por mi juramento, sino porque así lo deseaba.

No dijo nada y siguió caminando, no obstante, pronto nos vimos atrabados en una ventisca. Tratamos de correr nuevamente a ayudar a Aephral pero había algo que nos impedía acercarnos. De pronto antenosotros estaba Aephral enfrentando un dragon blanco comandado por la sombra que ahora todos podíamos ver.

Era mi madre.

Aephral invocó a Shiva y la pelea comenzó, nosotros no pudimos intervenir esta vez y sólo observamos. Cuando yo vi al dragón recordé algo de cuando aún era un niño.

Era la ceremonia de la primera invocacion. Era que se hace cuando se presenta a un nuevo invocador. Recuerdo que la ceremonia fue para mi madre y para Aephral. Ella tenía el báculo de la media luna y mi tío uno de un sol. Hawk y yo observabamos todo desde la puerta que aquella casita llena de flores, pero él parecía enojado. Yo corria y me acercaba a mi madre y a Aephal y descubrí que ese dragón había sido la primera invocacion de ambos. Me dejaron tocarlo y hasta subir en él. Yo reía mucho, era muy feliz. Me pregunto que fue lo que sucedio...

Ruido me trajo de vuelta y descubrí a Aephral ganando la batalla, no obstante, aunque el Aeon se fue, la figura de mi madre no se desvaneció, y contunuó parada en el camino tratando de impedir el avance. Pero mi tio la ignoró y siguió. Nosotros sólo pudimos segurlo también.

Vi al espiritu de mi madre bajar la cabeza en desapruebo. Yo me volví hacia atras un momento, quería vera, pero sólo distinguia una figura borrosa que, por otro lado, no parecía reconocerme. Me sentí mal por ello.

Mientras subíamos la montaña, la ventisca no disminuía y poco a poco nos quedabamos sin fuerzas. Fue entonces cuando apareció ante nosotros un Ronzo gicantesco que, por un lado, parecía conocer muy bien a Sanyed.

Fuimos escoltados a la villa secreta de los Ronzo por un sujeto que, aparentemente, Sanyed había creido durante toda su niñez, que era su tío (yo no sé como pudo creer algo así).

En la villa fuimos recibidos de forma amigable. Aparentemente también ahí conocían a Aephral, además, Sanyed pudo reunirse finalmente con su padre, quien alegaba haberse quedado ahí atrapado debido a la ventisca que no cesaba.

Decidimos pasar una noche en la villa, para reponernos del frío y del cansancio y para reabastecernos de proviciones. Me ha tocado dormir con Rhafim nuevamente, pero no me quejo, la compañ+ia me hace bien en este momento. Han pasado muchos días sin que tuviera la oportunidad de escribir de uevo y, honestamente, no estoy seguro de porque sigo haciéndolo. Ultimamente he perdido un poco el interés y creo que, seguramente, ha de ser por todas las cosas que han pasado.

De cualquier forma, seguiré con esto hasta que termine el viaje, después de todo, uno tiene que terminar lo que empieza ¿o no?...

Aephral esta decidido a terminar con esto...

Me doy cuenta de que estamos a muy pocos días de Zanarkand, lo cual significa que a mi tio le quedan muy pocos dias de vida. Yo quisiera tener oportunidad de hablar con él de nuevo antes de que se me termine el tiempo, pero no sé que ´podría decirle. A veces me molesta realmente el ser tan inseguro en ciertas situaciones...

Cuando pienso en Aephral y en Beilia, en lo mucho que quisiera decirles, me enojo porque no sé como acercarme a alguien que me detesta o a alguien que no me quiere cerca. Es difícil pero sé que puedo arreglar mis asuntos con Beilia, me gustaría porque yo la recuerdo de muchas formas, y ella siempre era tan buena conmigo. De verdad que quisiera arreglar las cosas pero no sé como, aunque definitivamente lo haré.

Por ahora Aephral es mi mayor urgencia, sé que tengo que hablar con él ahora porque dentro de unos días ya no podré decirle nada. Tengo que pensar en algo pronto, de lo contrario me arrepentiré toda mi vida.

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Dagonnet, son of Saia and Hawk

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